La promoción de la producción agroecológica en la ciudad de Santa Fe ya tiene un marco normativo que la regule. Se trata de una ordenanza trabajada en conjunto con productoras y productores de la zona. Entre otros aspectos, la norma incorpora la creación de un registro de producción agroecológica, determina que la Municipalidad compre alimentos en forma saludable para sus dependencias y prescribe la conformación de un consejo consultivo integrado por agricultores para diseñar políticas públicas. El cuerpo deliberante resolvió votarla por unanimidad el jueves 14 de octubre.
La ordenanza tiene como objeto el fomento, la promoción y el fortalecimiento de políticas, programas, proyectos y acciones para el desarrollo de la agroecología como sistema integral de producción, comercialización, agroindustrialización y consumo de alimentos. El gobierno local deberá alentar la producción agroecológica y también las ferias que hoy se realizan en diferentes puntos de la ciudad, Además, declara a la ciudad de Santa Fe como jurisdicción que promueve la producción de alimentos agroecológicos, sanos y saludables. El objetivo principal es generar una herramienta de concientización y generación de políticas en defensa de la soberanía alimentaria.
De esta manera, la capital provincial cuenta por primera vez, «con una ordenanza que plantea el desarrollo e impulso de una agroecología con impronta social, urbana, campesina e indígena», según palabras de las propias organizaciones que participaron de la elaboración del proyecto.
El proyecto fue presentado en febrero de 2020, aunque desde un principio se pensó en trabajarlo en conjunto con las personas involucradas. La primera reunión participativa se hizo el 13 de marzo de 2020. Por la pandemia, el intercambio con las organizaciones locales prosiguió de forma virtual. «La idea fue enriquecerlo con todos los puntos de vista de las productoras y productores y de los organizadores de las ferias, a través de la instancia de concejalía popular», contó la concejala Valeria López Delzar -autora del proyecto- al Periódico Pausa. «Incorporamos un montón de sugerencias que nos hicieron. Una de ellas fue que el consejo consultivo esté integrado de la forma más representativa posible por las personas que se dedican a la producción agroecológica; de ahí surgieron más integrantes», contó la edila.
“Una victoria de los pueblos fumigados”
La ciudad de Santa Fe tiene una larga historia de proyectos productivos que decidieron cultivar sin químicos y sin transgénicos. En pleno auge de la soja y de los platos vacíos en las mesas de los sectores populares, nació La Verdecita Granja Agroecológica. Hoy siembran verduras y crían animales en una porción de tierra emplazada en el barrio 29 de abril. El nombre de la barriada, ubicada al noreste de la ciudad, alude a la la fecha de la inundación de 2003, en la cual dos tercios de la ciudad quedó bajo las aguas del rio Salado.
«Una de las cualidades más importantes de esta ordenanza es que fue construida respondiendo a lo que siempre reclamamos desde la organización: que sea participativa, reforzando la democracia», valoró Virginia Liponezky, de La Verdecita, en diálogo con Pausa.
Desde esa organización, que se define como feminista y agroecológica, participaron de las concejalías populares que dieron lugar al proyecto aprobado. Una de las cosas que sumaron, cuenta Liponezky, es que en el consejo consultivo que prevé la norma para la elaboración de la políticas públicas se tenga en cuenta la voz de las consumidoras y consumidores.
La entrevistada resaltó la relevancia de una ordenanza que incentive, proteja y fomente la agroecología. «Nos parece muy importante que se forme ese consejo consultivo, porque es la participación directa de productores y consumidores», sostuvo. En ese sentido, consideró que «es un espacio que va a permitir poner en agenda otros temas, imprescindibles para pensar la agroecología como es el uso del suelo, la protección de los periurbanos, el acceso a la tierra y el ordenamiento territorial, pensando que tiene que haber espacios para seguir produciendo alimentos para la ciudadanía». Por lo tanto, la productora señaló: «Festejamos mucho esta ordenanza».
Por su parte, Jeremías Chauque, referente de Desvío a la Raíz Agricultura Ancestral, consideró que «esta iniciativa, que es un hecho, es un buen parámetro para saber qué instancia social, cultural, productiva y política venimos atravesando los pueblos fumigados que denunciamos al agronegocio y que venimos consolidando procesos productivos sociales en nuestros territorios».
Para el productor, «no hay futuro productivo, ambiental y social si no volvemos a una matriz productiva donde podamos decidir qué herramientas, qué políticas agrarias y de distribución de alimentos queremos para nuestros pueblos y ciudades».
Chauque destacó que por primera vez la ciudad cuenta con una ordenanza de estas características, «que plantea el desarrollo e impulso de una agroecología con impronta social, urbana, campesina e indígena». Luego, subrayó: «Es una victoria de los pueblos fumigados movilizados».
Para la agroecología, primero la tierra
La ciudad de Santa Fe se encuentra en un proceso de expansión de su zona metropolitana. El deseo de contar con un terreno para construir la casa propia o el de alejarse de los ruidos de la ciudad hace que las tierras que hace algunos años eran de quintas, hoy sean la arena de la especulación inmobiliaria. Producir de forma agroecológica requiere planteos a largo plazo, sobre todo para la recuperación de suelos dañados por el uso de químicos. Esos procesos son muy difíciles de encarar cuando no se tiene certeza sobre la tierra que se cultiva.
Hoy, quienes producen las verduras que adquirimos en la Pueyrredón o en la feria del Ministerio de la Producción, viven en condiciones muy precarias y arriendan las hectáreas donde trabajan. Los contratos son leoninos, muchas veces no se cumplen y en cualquier momento el dueño puede pedirle a la familia que desaloje. Es una realidad que cada vez más achica el cordón hortícola de la ciudad; es el contexto en el cual las familias agricultoras reclaman hace años una Ley de Acceso a la Tierra en el Congreso.
También fue el escenario que motivó a la presentación del proyecto aprobado en el Concejo Municipal. La mayor parte de los emprendimientos agroecológicos del Gran Santa Fe se hallan en jurisdicción de otras localidades, como Monte Vera, Rincón, Sauce Viejo o -es el caso de Desvío a la Raíz- Desvío Arijón. Actualmente, otro proyecto de delimitación del periurbano está siendo debatido en las comisiones del Concejo Municipal. Determinar el periurbano es clave para el ordenamiento territorial de la ciudad y su área metropolitana. «Así como definimos en qué sector de la ciudad se van a instalar las industrias y los loteos, hay un sector de la ciudad donde se produce y vamos a tener que preservarlo y defenderlo», subraya la concejala.
Un consejo consultivo para defender los alimentos sanos
La ordenanza crea el Consejo Consultivo para el Desarrollo de la Agroecología de la ciudad de Santa Fe. Estará integrado por tres miembros en representación del Departamento Ejecutivo Municipal; dos miembros en representación del Concejo Municipal; tres miembros en representación de productores agroecológicos de la ciudad, debidamente inscriptos; un miembro en representación de entidades cooperativas dedicadas a la producción agroecológica; dos representantes locales de organizaciones de la sociedad civil que tengan por objeto la promoción y el cuidado de la salud humana y la naturaleza y dos representantes locales de organizaciones de la sociedad civil que tengan por objeto la protección y defensa de los derechos de los consumidores.
Los miembros permanentes podrán convocar, en calidad de miembros no permanentes, a los siguientes organismos o entidades: el gobierno de la provincia de Santa Fe, en particular el área competente en materia de producción agroecológica o economía social; un representante de la Agencia Provincial de Seguridad Alimentaria de la Provincia de Santa Fe (ASSAL); un representante del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA); un miembro en representación de las universidades públicas con asiento en la ciudad de Santa Fe. También podrán ser invitadas personas humanas o jurídicas en representación del sector privado, relacionado con la producción, distribución o comercialización de alimentos y cualquier otro actor que el consejo consultivo estime pertinente.
Entre las funciones del consejo consultivo se cuentan: asistir y colaborar en el diseño de políticas y acciones tendientes a profundizar los emprendimientos agroecológicos en el ámbito local y metropolitano; fomentar la articulación con instituciones gubernamentales y no gubernamentales con el fin de proponer capacitaciones, educación e instancias de divulgación y promoción de los productos agroecológicos. Deberán, además, presentar periódicamente un informe sobre el estado de la producción y el desarrollo de la agroecología en la ciudad, el cual se dará a conocer en los foros que tendrá que convocar la municipalidad.
Camino a la ordenanza
El origen de la flamante norma fue el mecanismo de Concejalía Popular, que la concejala López Delzar adoptó como forma de trabajo en su bloque. En ese sentido, se convocó a las diferentes organizaciones interesadas a opinar sobre la iniciativa. Además, se pidió a los presidentes de comisiones un ámbito de escucha para poder explicar el proyecto. «Eso fue logrando que algunas dudas quedaran saldadas y se fueran construyendo consensos. Los relatos de productoras y productores también sirvieron», contó la edila.
De la redacción participaron La Verdecita, Desvío a la Raíz, la Cooperativa Setúbal, la Asociación Civil Capibara, la ONG Naturaleza, Derecho y Sociedad, la Multisectorial Paren de Fumigarnos, el Foro Santafesino por la Salud y el Ambiente y Centro de Protección de la Naturaleza (Cepronat). También acompañaron el proceso la Asociación Civil Parque Federal, Friday For Future Santa Fe, Comunidad por la Naturaleza y productores de la agricultura familiar e indígena de la zona. También hubo diálogo con el área de Economía Social, la secretaría de Ambiente y de Producción de la Municipalidad de Santa Fe, que también brindaron su mirada sobre el proyecto.
Deberes de la Municipalidad
Más allá del trabajo del consejo consultivo, de ahora en más el Estado municipal deberá -tal como lo prevé la ordenanza- estimular activamente el emplazamiento y funcionamiento de ferias para la oferta de productos agroecológicos en diversos puntos de la ciudad, colaborando con apoyo logístico y difusión; promover el ordenamiento territorial de acciones tendientes a la protección de los desarrollos agroecológicos existentes; promover y acompañar a las nuevas producciones agroecológicas, con arreglo a las normas ambientales de presupuestos mínimos en la materia.
También tendrá que impulsar participativamente la creación de un corredor agroecológico en la ciudad de Santa Fe en coordinación con el Ente de Coordinación del Área Metropolitana y el Consejo Consultivo para el Desarrollo de la Agroecología creado por la ordenanza. De esta manera, se busca establecer una política común en los municipios de la zona para defender el cordón hortícola local.
Además corresponderá al gobierno municipal realizar campañas de difusión y formación para la población sobre el consumo y producción de alimentos agroecológicos, su valor nutricional y su rol en la soberanía alimentaria, haciendo hincapié en la importancia tanto social, ambiental y sanitaria de la agroecología. Por último, el Estado local deberá organizar de forma periódica un foro acerca de la importancia de la agroecología y la soberanía alimentaria.
Nota publicada originalmente en
Periódico Pausa.