Hace poco más de 10 años, a la hora de elegir una educación que abrace la niñez de mi hijo, empecé a hacer camino por la antroposofía, llegando al jardín Waldorf, donde la naturaleza, el amor, el respeto, arte y el buen ritmo, son sus pilares. Así me encontré con un espacio que me genera calma, entusiasmo y seguridad. Poco sabia de la existencia de Rudolf Steiner (fundador de la pedagogía), en aquel momento, pero desde entonces no dejo de maravillarme por la cantidad de nociones que abarca su filosofía.
La Antroposofía (sabiduría del hombre, o lo que el hombre puede saber) es una corriente filosófica y espiritual elaborada por este buen hombre Rudolf Steiner, a principios del 1900. Filósofo, educador y artista austríaco además de fundar las escuelas libres para los hijos de los trabajadores de la fábrica de cigarrillos Waldorf Astoria, escribió tratados, obras de teatro, se vinculó con la medicina, la agricultura y la espiritualidad, siempre observando una interrelación entre ellas.
Aquí y ahora quiero comenzar a compartirles sobre nutrición, gran tema para desarrollar de la mano de la antroposofía.
La Nutrición Antroposófica
La Nutrición Antroposófica considera que la energía mensurable de los alimentos (calorías) solo guarda relación con la energía necesaria para el funcionamiento del cuerpo físico humano, por lo tanto es la energía vital de los alimentos la que nutre el cuerpo y estimula la vitalidad general de la persona, favoreciendo de esta forma su desarrollo anímico- espiritual.
El campo energético humano es nutrido a través del aire que respiramos y el Yo es nutrido a través de las sensaciones que percibimos del mundo exterior, en el cual el alimento posee gran poder a través de fuerzas formativas que nos da la vitalidad y nos ayudan a mantener un perfecto equilibrio entre nuestro cuerpo físico, mental y espiritual.
Cuando uno habla de una “Alimentación sana” no solo lo hace en términos de salud corporal, también lo puede hacer desde la idea antroposófica de lograr una alimentación que favorezca desarrollo anímico espiritual. Por lo tanto aun cuando el tema sea la alimentación, el tema de fondo sigue siendo la búsqueda del desarrollo del ser humano anímico-espiritualmente libre. Esto implica para empezar que cada ser humano necesita una forma de alimentarse específica para su individualidad, ya que cada uno es distinto al otro. Por eso, no son “recetas” ni dietas las que aquí se darán. Para el ser humano los patrones preestablecidos que se imponen, son venenos para su desarrollo anímico espiritual libre. Veremos cómo se realiza el proceso de la nutrición en el hombre y cómo se relaciona con las fuerzas concretas de los alimentos. Luego hay que cavilar sobre la forma de alimentación que mejor se aviene a la propia individualidad.
Hábitos y ritmos
Si observamos nuestro proceso evolutivo, el hombre primitivo se alimentaba de lo que instintivamente le dictaba su organismo, por estar inmerso en la naturaleza poseía ese conocimiento innato de lo que le hacía bien y le que le hacía mal. Asimismo podía “sentir-percibir” cuál planta podía curarlo de alguna afección. A medida que fue desarrollando su conciencia terrena, fue separándose de esta unidad con la naturaleza y su orden universal, fue despertando a los placeres terrenos, como los sabores etc. fue perdiendo los instintos sanos y con ellos la sabiduría del como alimentarse. No se trata de volver atrás a lo instintivo, sino de iniciar una búsqueda consciente de lo que puede ser adecuado para este momento evolutivo y hacerlo desde el entendimiento, ya no desde los instintos, que han sido sacrificados, en pos de que pueda brotar una conciencia clara y libre. El hombre tiene que desarrollar una cultura sobre la alimentación. El hombre aprende a comer, el animal está determinado a engullir. Para ello es fundamental tener presente, entre otras cosas, la comprensión del concepto al que nos referimos cuando hablamos de “ritmos”.
Todos los seres en el ámbito de lo viviente, están inmersos en ritmos. Tenemos por ejemplo los ritmos de:
- Las estaciones.
- El día y la noche.
- El ritmo respiratorio y cardíaco.
- El ritmo en el crecimiento de las plantas.
Toda esta vida de ritmos es la que permite un desarrollo vital armónico. Los hombres, por haber perdido en gran medida los sanos instintos, debemos procurar encontrar una fuente de salud basada en procesos conscientemente buscados. Si hablamos de niños pequeños, demás está decir que somos los adultos los que somos “su conciencia”. Sería de desear que el ritmo alimentario fuese cada vez más regular, lo que también puede tomarse como un proceso de autoeducación para los adultos a cargo. Todo lo que es rítmico, fortalece y sana. Todo lo arrítmico, debilita y enferma. En este punto también influyen las cantidades. Ellas debieran ser regulares y justas. Porciones ni muy grandes, ni muy pequeñas. La medida justa como adulto puede ser aquella cuando uno aún tiene un poco de hambre. Ahí sería bueno parar. Es decir no quedar con sensación de plenitud estomacal, lo que por otro lado no permite avocarse a otras tareas con eficiencia. Los niños que son alimentados en forma regular con alimentos saludables, cuyos sabores no son artificiales y muy estimulantes, en general conservan un sano instinto, por el que comen la cantidad adecuada, sin cometer excesos. Sin embargo cuando son niños acostumbrados a comer “chatarra”, pueden perder la buena medida sana.
Pero Rudolf Steiner va más allá, proponiendo incluso una relación entre los cereales y días de la semana. Pocos de nosotros, ya, establece la dieta semanal sobre la base de estos supuestos, mirando más bien a aspectos puramente nutricionales. Pero como trae el texto ” alimentación y ciencia espiritual ” De UDO RENZENBRINK, ” el ritmo de los días de la semana es una realidad a través de la cual nuestra vida adquiere forma y color.” Señalizando una imagen para cada día, podríamos entonces asociar a cada uno de ellos un cereal, cuyas características se corresponden a las del día elegido. Aunque a nivel puramente físico este procedimiento no parece tener ningún sentido, ni determina ningún cambio, a nivel anímico el sentido existe. No es obligatorio seguir al pie de la letra un plan semanal riguroso, ni creerlo, pero como se suele decir, preguntar no hace daño. Y aunque no tuviera intención de experimentar la eficacia del ritmo de los 7 CEREALES, lo que se muestra a continuación te ayudará a descubrir significados simbólicos que probablemente ignoraste. Y que un día, tal vez, podrían ser de ayuda.
Seguiremos compartiendo con mucho amor más sobre esta nueva filosofía, este solo es el comienzo de una gran madeja que comenzaremos juntos a desovillar, ¿nos acompañas?.
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