“El VII mes de la agroecología”. Así se llama un ciclo de charlas y encuentros que ya lleva cinco semanas y es organizada por la Red de Municipios Agroecológicos (Renama), la Sociedad Argentina de Agroecología (SAAE) y la Dirección Nacional de Agroecología (DNAE), dependiente del Ministerio de Agricultura Nacional. “Es un mes de tranqueras abiertas de establecimientos agroecológicos”, define Rodrigo Volpe, integrante de la Renama.
La biodiversidad de 85 experiencias de cultivos y cría de animales distribuidas por todo el territorio nacional confluyó en una agenda que pronto se desbordó. Las historias sobre transición a un modelo que cuide la naturaleza y el ambiente llegan desde San Luis, Santa Fe, Entre Ríos, Catamarca, Buenos Aires, Mendoza, Córdoba, La Rioja, Jujuy, Chubut y Río Negro. En toda esas provincias existen experiencias con procesos productivos se adaptan a cada geografía local. Las actividades pueden consultarse en el siguiente link.
Hasta el momento se organizaron más de 200 eventos. “Muchos de ellos son campos que están haciendo la transición hacia la agroecología, que abren las puertas para que otros productores, vecinos, municipios u organizaciones vayan a escuchar la experiencia de primera mano de los productores, que les cuenten cómo fue su proceso, cómo arrancaron y los miedos que se comparten”, relata Volpe. Para el entrevistado, la agroecología es un proceso que implica “cuidar el suelo y aumentar la biodiversidad”. Agrega que eso termina repercutiendo en la disminución de costos y en una mejora en el margen bruto. “Algo que dicen todos es que se desendeudan, se capitalizan y al fin y al cabo están más tranquilos”, afirma.
Según datos aportados por la Renama, uno de cada 50 establecimientos en Argentina son agroecológicos. A su vez, en esa Red participan 200 productores, que suman más de 100 mil hectáreas cultivadas de manera agroecológica. Además, son más de 40 los municipios que están promoviendo la agroecología con políticas públicas y trabajo articulado con otras instituciones. Según el Censo Nacional Agropecuario más reciente (2018), existen unos 5000 establecimientos en el país con producción de tipo orgánica, agroecológica y/o biodinámica.
Un mes para impulsar la agroecología
El primer Mes de la Agroecología se realizó en 2015 en la localidad bonaerense de Guaminí, donde nació la Renama. En ese momento, sus propulsores visitaron la finca La Aurora y conocieron de primera mano la experiencia productiva. A partir de ese momento comenzó una serie de encuentros mensuales. Al año siguiente los productores abrieron sus puertas para que dar a conocer lo que estaban haciendo. Hubo encuentros en diferentes localidades: Arrecifes, Mercedes, Chascomús, 30 de Agosto, Lincoln y Guaminí. También en Córdoba y en Santa Fe. “Lo que se busca con estas instancias es mostrar los avances de la agroecología y contagiar”, explica Volpe.
Afirma que las historias de los productores en primera persona son esenciales. “Es un gran cambio que tenemos que atravesar, salir de lo teórico e ir hacia lo práctico, saber qué hacen los productores y por qué dicen que están mejor”, explica. Esa tarea de visibilización de prácticas agroecológicas concretas es el gran desafío de este VII Mes de la Agroecología. En esta ocasión, se sumó a la organización la Dirección Nacional de Agroecología -cuyo titular es Eduardo Cerdá, uno de los precursores de la Renama- y también la Sociedad Argentina de Agroecología.
El crecimiento de la agroecología
“La agroecología, como ciencia, práctica y movimiento, se encuentra en constante crecimiento en Argentina”, afirma el comité organizador de este nuevo Mes de la Agroecología. El objetivo es conjugar saberes campesinos, ancestrales y científicos, aportando a los procesos colectivos en marcha. La acción productiva concreta se suma a las voces de organizaciones y colectivos que reclaman en todo el país “agroecología ya” en sus territorios y fortalecer también a las huertas urbanas, a la agricultura familiar y a las y los consumidores que reclaman alimentos sanos.
Los organizadores aseguran en el documento “El camino es la agroecología” que la “inmensa red” de productores y productoras agroecológicos es “el resultado de más de cuatro décadas de experiencias de campo en establecimientos intensivos y extensivos en todos los rincones del país, de investigaciones en el ámbito académico y científico, de espacios de reflexión colectiva y formación profesional, y de luchas socioambientales por el buen vivir y la soberanía alimentaria”.
En el marco de la invitación, recuerdan que la agroecología mejora la fertilidad de los suelos y recupera la calidad de la tierra, reduce los costos de producción al evitar la dependencia de insumos cada vez más caros, importados y dolarizados, aumenta el empleo, el arraigo rural y la vida en el campo.
Además, esta forma de producción protege los bienes comunes naturales (agua, aire, suelo) y a la flora, la fauna, los polinizadores y la biodiversidad. Asimismo, mejora la calidad ambiental de las comunidades al reducir el uso de plaguicidas, permite producir alimentos de un perfil nutricional superior y fortalecer la salud de la población.
En términos económicos, reduce las importaciones de insumos en dólares y mejora la balanza comercial, genera un aumento de exportaciones a mercados diferenciados que, tras la pandemia, van a demandar con cada vez más alimentos de calidad y sin agrotóxicos. Desde Renama destacan que la agroecología genera rendimientos iguales o superiores al modelo transgénico y más alimentos por unidad de superficie que el agronegocio.
Volpe destaca que la agroecología garantiza el pleno goce y ejercicio de los derechos a la vida, a la salud, a la alimentación adecuada, al agua, a vivir en un ambiente sano y al trabajo digno, reconocidos en la Constitución Nacional.
Artículo original de Agencia Tierra Viva