Cultivar geranios es maravilloso. Los geranios son sin duda una de las flores más populares para colocar en balcones, en el jardín o en una jardinera en la ventana.
Sin embargo, cuando las temperaturas empiezan a bajar y las horas de sol disminuyen, es decir, entre finales de verano y otoño, es el momento de cuidar su poda, en esta época también se pueden hacer esquejes para que crezcan plantas que estarán listas para la primavera siguiente.
¿Cómo podar geranios?
Los pelargonios (nombre real de los geranios) tienden, en la mayoría de los casos, a “crecer mal”. Una poda adecuada significa dar forma al arbusto para que se vuelva más denso y lleno. Esto se hace acortando las ramas más largas, y siempre justo encima de un nudo del tallo. Por lo tanto, se debe considerar dejar la corona lo más compacta y redonda posible, sin cortar demasiado.
Antes de cortar ramas, eso sí, asegúrate de que las tijeras o cizalla estén afiladas y desinfectadas: para esterilizarlas, puedes pasar la hoja sobre una llama más ligera durante unos segundos o frotarla con un poco de alcohol etílico. Si tiene que podar muchas plantas diferentes, es mejor llevar un encendedor o alcohol y limpiar bien las cuchillas antes de comenzar a trabajar en una nueva planta.
¿Cómo cultivar nuevos esquejes?
Puedes propagar geranios por esquejes de poda, es decir, plantándolos en macetas nuevas.
Necesitará macetas pequeñas, generalmente de 15 cm de diámetro, que llenará con una primera capa, de unos pocos dedos de profundidad, de arcilla expandida, luego continúe agregando tierra buena, rica y compacta hasta las tres cuartas partes de la altura de la maceta.
Continúe de esta manera con las otras ramas hasta llenar la olla. En este punto, toma con mucho cuidado algunos puñados más de tierra y termina de llenar la maceta hasta el borde, asegurándote de que la tierra encaje bien con las distintas ramas. Todo lo que tienes que hacer es regar bien los esquejes, colocarlos en un lugar luminoso protegido del viento y recordar regarlos dos veces por semana.
Aprovechando las temperaturas ligeras y no demasiado frías del otoño, los esquejes tendrán la oportunidad de enraizar y producir nuevas hojas. Durante el invierno también puedes regar con más moderación, pero siempre con cuidado de no dejar la tierra completamente seca durante más de un día.