Ángel Martínez es un amante de la tierra y se ha dedicado prácticamente toda su vida a producir alimentos, en un principio hortalizas, luego muchos años de frutas de pepita y carozo, y más tarde el retorno a su primera actividad, la huerta.
“Toda la vida me dediqué a producir con mucha dedicación frutas y verduras. Recuerdo que durante muchos años tuve una parte de hortalizas y otra parte de manzanas, peras y duraznos. Despertarme temprano en verano, salir afuera y llenar los pulmones de ese olor a fruta fresca en la planta. Cuando era época de tomates, que armábamos los cajones, te quedaba un olor a tomates en la ropa, que no te olvidás más”. Me cuenta Ángel Martínez con los ojos perdidos en el recuerdo de su juventud y adultez.
Recorriendo la chacra donde me mostraba lo que queda de las antiguas plantaciones, y el experimento que hizo este último año, nos encontramos con una pulverizadora, de esas que se acoplan al tractor. ¿A partir de cuándo se comenzaron a utilizar agroquímicos en los cultivos? Fue lo primero que se me ocurrió.
“Comencé a usar agroquímicos en los 90’, pero te puedo decir que me uní tarde, ya se usaba para esa época. Todos te decían que los uses, hasta pasaban a dejarte una muestra gratis. Lo que pasó fue que se reemplazaron los preparados y remedios caseros por estos bidones con olor fuerte. Te decían que eran tan inofensivos que te podías hacer buches si querías. Recuerdo que una vez en verano un compañero se paraba por donde pasaba con la pulverizadora para refrescarse con lo que fumigábamos. Pero un día algo me empezó a hacer ruido”, relata Ángel.
Los agrotóxicos y algo en la salud que no andaba bien
Los agrotóxicos en la Argentina comenzaron a utilizarse en la década de los 90’ y se intensificaron en 1996, cuando se introdujo el uso de soja transgénica y el Glifosato junto con un gran paquete de agrotóxicos de la mano del gobierno de Carlos Menem y firmada por Felipe Solá, el actual canciller, que en ese momento era Ministro de Agricultura.
“Este compañero que te conté que se paraba en la fumigadora para refrescarse, comenzó a tener problemas de salud, a tener dificultades para caminar. Había empezado a sospechar de los agroquímicos, pero no estaba seguro. Hasta que un día, fumigando con la mochila caminando me desvanecí y caí en la tierra. A partir de ese día nunca más lo usé. Siempre pensamos que le estábamos poniendo lo mejor a los frutales. Jamás hubiésemos pensado que fuera tan dañino. Nos vendieron el cuento”.
Agricultura tradicional vs Agricultura moderna
La gricultura tradicional agroecológica tiene más de 12.00 años de antigüedad con hermosos resultados, y conservando la integridad de la tierra. Sin embargo, en sólo 25 años, el desarrollo de la “agricultura moderna” en Argentina, llena de agroquímicos y semillas transgénicas, se ha desertificado y destruidos millones de hectáreas, ríos, bosques y enfermado a miles de personas en distintas ciudades de todo el país.
Probablemente Ángel sea un productor más de las miles de personas que han sido afectadas, a veces sin darse cuenta, por la exposición a pesticidas y agrotóxicos en general.
Hoy podemos legislar sobre el uso de agrotóxicos mortales, proteger la salud de niñ@s y vecin@s de Plottier y la del medio medio ambiente. Que el relato de Ángel no se repita por ningun@ Plotteriense.
En Plottier no queremos comer, beber ni respirar AGROTÓXICOS MORTALES.