En bolivia se hizo viral que una abogada construyó más de 300 “casas de botellas” para el acceso a la vivienda digna. Se trata de Ingrid Vaca Diez, una abogada boliviana, que se inspiró en la idea de la construcción de casas con materiales reutilizados, para realizar una acción social positiva y ayudar a personas que no cuentan con una casa.
Ingrid se convirtió en arquitecta autodidacta y ayudó a cientos de familias a obtener las casas de sus sueños. Ella es uno de esos seres valientes y dispuestos a ayudar a la humanidad.
Todo comenzó con una pila de botellas vacías en el patio trasero de Ingrid
Ingrid desde siempre ha tenido interés en colaborar con el medio ambiente, y cuando su esposo vio la cantidad de botellas vacías que ella había recogido con el fin de reciclarlas el esposo le dijo que probablemente tenía suficientes unidades para construir una casa.
Lo que comenzó como una broma terminó convirtiéndose en una realidad. De plástico, de vidrio, de uno, de dos litros y hasta de 600 mililitros. Todas las botellas le han servido a Ingrid para llevar adelante un
proyecto ecológico y social que empezó hace casi siete años y hoy, gracias a las redes sociales, se ha extendido a una serie de países del continente americano.
Resulta que, para muchas familias de bajos ingresos, una casa de botellas accesible a sus niveles de ingresos era justo lo que necesitaban para poder tener un hogar.
Ingrid ha fundado un proyecto llamado
“Casas de Botellas” que se enfoca en reducir la contaminación con plásticos de una manera eficiente. Para la construcción de las casas utiliza botellas de vidrio, plástico, cemento, cal, arena, sedimentos y residuos orgánicos.
Además, se emplean materiales descartables como papel, bolsas plásticas, pilas, arena y tierra para rellenar las botellas de manera que sean lo suficientemente resistentes para la construcción de las casas. Luego son unidas con cal y cemento para terminar sujetas a una especie de trenzado que las refuerza.
¿Cuántas botellas se necesitan para construir una casa?
Se calcula que para una casa de unos 170 metros cuadrados se requieren alrededor de 36.000 botellas de plástico vacías. Y por increíble que parezca, la fundación de Ingrid ha podido construir más de 300 casas.
Ingrid cuenta con ayuda de muchas personas a las que ella misma les ha enseñado como llevar a cabo sus tareas, de esa manera ella se encarga de la supervisión de todo el proceso de construcción.
Próximamente, planea construir casas en Brasil, ya que la cultura de reciclaje de materiales es mayor en ese país, lo que facilita la recolección de botellas de plástico.
Esta historia demuestra que no hay nada imposible, y que los problemas que creemos difíciles de enfrentar a veces pueden tener soluciones económicas y fáciles. Esta increíble mujer no tenía experiencia en la construcción ni fondos para originar viviendas, pero sabía que la gente necesitaba ayuda, por lo que su valentía y determinación lograron cambiar la vida de muchos.
Artículo cortesía de Portal Ambiental