Mientras preparaba el mate, abrí un paquete de cereales, corte unas frutas, y pensaba cuánto de lo que generamos como hábitos deja residuos, ¿todo se puede reciclar o compostar? Hay tanta demanda de productos para consumir, que nos hace generar cada día más residuos. Nos hemos convertido en una generación de usar y tirar, muchos objetos cumplen su función y debemos tirarlos, pero que pasa con los artefactos eléctricos que solo pasan de moda, la ropa, los muebles, y podría seguir mencionando una larga cola de productos. Consumo extremo, y poca conciencia. El problema medioambiental al que nos enfrentamos debido al consumismo desmedido de la sociedad actual, especialmente en los países desarrollados, es extremadamente grave.
Hábitos que multiplican conciencia
Atentos que esta información que nos va a servir tanto para nuestros hogares como así también para contagiarlo, porque está claro que la conciencia no se machaca sino que se irradia, y vamos a irradiar a la masa para que demos el salto como humanidad, y sobre todo con el ejemplo para los más pequeños de la casa, del barrio, de la familia, de la VIDA.
Así empieza mi lectura, y quiero compartirles a que nos referimos cuando decimos #RESIDUOCERO.
La finalidad de este movimiento es reducir al máximo nuestro impacto medioambiental a través de la reducción de los residuos y la basura que generamos, dando prioridad al ser y no al tener y poder vivir así, la experiencia de sentir la felicidad y libertad indescriptible que se obtiene cuando vivimos en armonía con la naturaleza y nuestro apego por las cosas materiales se reduce y desaparece.

Regla de las 5R ecológicas
1. Rechazar todo aquello que no necesitamos
Esta R la acompañaría de otra R, la erre de Reflexionar. ¿Cuántas cosas son las que realmente necesitamos? ¿Y las que son prescindibles, que no nos aportan? Aprender a rechazar es uno de los puntos más importantes. Rechacemos la propaganda, los tickets, las pajitas, bolsas de plástico, ofertas que hacen que compremos más de lo que necesitamos, rechacemos todo lo que es superfluo en nuestras vidas, todo lo que pronto se convertirá en basura.
2. Reducir lo que necesitamos
Dentro de lo que necesitamos hay muchísimas cosas que ‘no necesitamos’ y que podemos, en la mayoría de los casos, prescindir de ello simplemente reflexionando y consumiendo de manera más responsable y consciente. Y dentro de lo que verdaderamente necesitamos, con tan solo un poquito de organización, imaginación y una buena dosis de voluntad, podemos reducir al máximo los empaques, envases desechables innecesarios y todo aquello que no nos aporta nada significativo.
Por ejemplo, hacer bolsas de tela, para ir a comprar, preparar nuestros propios productos de higiene personal, y de limpieza del hogar, donde reciclemos el envase y usemos en el mejor de los casos vidrio para mantener y que su durabilidad sea mayor. De esta manera, dos cosas importantes quedan a la luz, el cuidado del planeta y sobre todo que estamos consumiendo en nuestro cuerpo, al realizar nuestros productos sabemos lo que contienen.
3. Reutilizar y comprar de segunda mano
La mayoría de desechables de la actualidad tienen una alternativa reutilizable. Botellas de vidrio o acero, bolsas de tela, maquinilla de acero, pajitas de acero, vidrio o bambú, vasos para llevar el café de bambú, wraps, copa menstrual, compresas de tela, discos desmaquillantes de tela, y un largo etcétera.
Por otro lado, podemos comprar de segunda mano la mayoría de cosas que necesitamos, alargando así su vida útil y evitando malgastar nuevas materias primas para crear cosas que ya existen y que otros ya no usan. Ropa, calzado, muebles, móviles, electrónica, juguetes, etc.
4. Reciclar todo lo que no podemos rechazar, reducir o reutilizar
Es una de las últimas opciones porque antes de llegar a esta opción lo ideal es que ya hayamos hecho todo lo descrito anteriormente.
ES superimportante también agregar otra R reparar, ¿qué pasa con todo lo que está dando vueltas en la casa, que por solo estar esperando una miradita, queda de lado para tirar? Aprendamos nuevas formas, lleguemos a nuevos oficios, ¡qué grandeza seguir aprendiendo!
Y volviendo al reciclaje, como bien sabemos ya, este es ineficaz y no es una solución, sobre todo cuando hablamos del plástico, pero no por ello debemos dejar de hacerlo evidentemente. Reciclemos todos los residuos que no podemos reaprovechar como puede ser papel, vidrio, aluminio, plástico reciclable, etc.
5. Rot (Compostar)
Compostar nuestros residuos orgánicos convirtiéndolos nuevamente en materia prima. En casa, en el jardín. Es fácil, sencillo, solo nos pide dedicación, un grado más de conciencia a la hora de clasificar nuestros residuos, nos pide amor por nuestra madre tierra, y sobre todo compostar nos regala la posibilidad de volver a la tierra, de generar un hábito que nos conduce al equilibrio.
Vivamos livianos, son apegos materiales innecesarios, pensando en el impacto ambiental, ocupándonos de las bases que queremos para nosotros mismos y para los nuevos seres humanos que vendrán y sobre todo en la educación y la manifestación que deseamos irradiar.
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