En Chile, el fuego del estallido no se apaga. Arde, se transforma y crece. La llama se aviva de la mano de las y los constituyentes, que firman acuerdos y establecen prioridades para enterrar la Carta Magna legada del dictador Augusto Pinochet. La voz y las propuestas las llevarán, al menos, 20 de los protagonistas —de 155— de la Convención Constitucional que provienen directamente de los pueblos originarios, movimientos sociales y ecologistas que retoman los saberes ancestrales, reivindican el hacer transfeminista y un modelo postextractivista con el propósito de escribir una Constitución Ecológica que refunde al país en un Estado Plurinacional. El fuego comenzó a quemar a la primera Constitución neoliberal de América Latina en una fecha particular, si se quiere, el 4 de julio. Comenzó con la elección de la presidenta: una mujer feminista y mapuche, Elisa Loncón.
El estallido
La mecha se encendió en octubre de 2019 cuando el presidente, Sebastián Piñera, anunció por segunda vez en el año, un alza de 30 pesos chilenos (1,16 dólares) en la tarifa del transporte. Pero las causas del estallido no estaban cerca en el tiempo, eran años de masticar rabia. “No son 30 pesos, son 30 años”, fue la síntesis del proceso que comenzó a desarmar los cimientos institucionales de desigualdades estructurales en términos políticos, económicos, sociales y de acceso a servicios básicos montados por Augusto Pinochet; su colaborador, Jaime Guzmán; y los Chicago Boys. Fue el comienzo de un proceso destituyente-constituyente. La respuesta a las protestas por parte del Estado fueron la represión y las violaciones a los derechos humanos. Pero, un mes más tarde, Piñera supo trocar su permanencia en la presidencia por un “Acuerdo de Paz” entre las élites políticas tradicionales -excepto el Partido Comunista- firmado el 15 de noviembre de 2019, llamó a un plebiscito para una Constituyente y estableció las pautas para su funcionamiento, algo cuestionado hoy (como se verá más adelante). La opción por el Sí, apruebo/Convención Constitucional ganó por casi el 80 por ciento con una participación histórica (más del 50 por ciento) en un proceso no obligatorio en plena pandemia. El 15 y 16 de mayo, aunque la participación no fue la misma, ganaron las opciones por fuera del sistema de partidos. Así, la Convención Constitucional, con 155 integrantes, quedó conformada en mayor medida por las listas que ya ponen en práctica y exigen procesos participativos de la ciudadanía: Apruebo Dignidad (el Partido del Frente Amplio, con Revolución Democrática y el Partido Comunista, entre otros); Lista del Apruebo (ex Nueva Mayoría, entre otros) y Lista del Pueblo (ciudadanxs independientes), más los pueblos originarios que accedieron vía escaños reservados. Mientras tanto, la fuerza de Piñera (Chile Vamos) se quedó sin la posibilidad de veto que pretendía alcanzar, con sólo 37 constituyentes.
Un nuevo diálogo con los pueblos originarios
“Estamos instalando aquí una manera de ser plural, democráticos y participativos. Por eso, esta Convención transformará a Chile en un Chile plurinacional, intercultural, que no atente contra los derechos de las mujeres. En un Chile que cuide la madre tierra, que también limpie las aguas”. Las palabras son parte del discurso histórico que pronunció al asumir la presidencia de la Convención, Elisa Loncón Antileo, mapuche, doctora en Humanidades y en Literatura y académica del Departamento de Educación de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago. Con 96 votos, 18 más de los necesarios tras la ceremonia de asunción, los constituyentes dieron un paso fundamental en el camino de reescribir su pacto social, político y cultural y sanar las heridas de tantos años dando lugar que sea una mujer de las naciones originarias la que dirija el diálogo. “Este es un sueño de nuestros antepasados. Es posible refundar este Chile, establecer una nueva relación entre el Pueblo Mapuche y con todas las naciones originarias. Es la primera muestra de que esta convención va a ser participativa”, siguió y sentó los acuerdos mínimos del debate que se viene: un Chile plurinacional y que respeta al ambiente. Junto a ella estaba una máxima autoridad espiritual mapuche y una de las figuras constituyentes más reconocidas internacionalmente: la Machi Francisca Linconao. [embed]https://www.youtube.com/watch?v=NAyy88Gk7WE[/embed] Linconao es la primera persona en ganar un juicio para la aplicación del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en pos de la protección de su comunidad, fue perseguida, encarcelada, acusada de terrorista y absuelta de todo delito. “Emprender acciones concretas para que se sancione a quienes hacen daño a la naturaleza y empobrecen sus territorios”, propone, entre otros puntos, Linconao en su programa de campaña. Los nueve pueblos originarios no están reconocidos en la actual Carta Magna y su habitar siempre fue en los márgenes del Estado chileno. Lograron su participación en la redacción de la Constitución a través de 17 escaños reservados, más otros cuatro que consiguieron por la vía independiente.Constituyentes por el ambiente y por el territorio
“Chile es un país diverso de punta a cabo. Eso hace que tenga ciertas particularidades. El desierto de Atacama por sí mismo es un sistema único, es el más árido del mundo. Cuando termina, comienzan los valles transversales, que vinculan la Cordillera de los Andes con la costa. En el sur están los ambientes subantárticos y la Patagonia. Además de ser muy diverso en paisaje, biodiversidad, territorios, lo es también en las personas que lo habitan”, explica Cristina Dorador, bióloga, electa por la Lista Independientes del Norte, a Tierra Viva. El estallido corrió de una vez y para siempre el velo del sentido común que pinta a Chile como un país blanco y homogéneo. Además de representantes de las naciones originarias, la Convención cuenta también con integrantes de redes que se tejen desde hace 30 años en todo el país, que encuentran un punto de intersección: sin un ambiente sano, no hay vida digna. Algunas de las redes que fueron voz durante el periodo de protestas son: el Movimiento por la Defensa por el acceso al Agua, la Tierra y la protección del Medio Ambiente (Modatima); el Movimiento por el Agua y los Territorios (MAT), la Sociedad Civil por la Acción Climática, la Red Plurinacional de Humedales, el Colectivo Ecofeminista Mujeres de Curicó y el Comité Pro-defensa de la Fauna y Flora. El periodista chileno Francisco Parra los presentó en un tuit que se hizo viral y varios medios contaron sus trayectorias e hicieron sondeos. Por ejemplo, el diario El Mostrador, destacó en una nota que 108 de los 155 se comprometieron defender una premisa fundamental para el cuidado del ambiente: “Declarar el agua como un derecho humano”. Plantean, además, la regulación o, directamente, el término de los derechos de aprovechamiento del agua en manos de privados.